24 de diciembre de 2012

No puedo empezar hablando de este año sin mencionar parte del anterior.
En principio, el 26 de Junio del 2011, vivimos el día más duro de la historia del club. Por culpa de malas decisiones en cuanto a lo dirigencial y a lo político, sufrimos el descenso. Un día para el olvido. Todo había empezado mucho antes pero ese día la cuerda que mantenía a River en la primer categoría, se cortó.
Siempre rescaté y valoré dos cosas, las cuales aún sigo rescatando y valorando y de las cuales no me voy a olvidar nunca. La primera fue la actitud de algunos jugadores y de personas cercanas al club. Primeramente, la actitud que tuvo Matías Almeyda, esa actitud que tiene un buen capitán: nunca abandonar el barco. Matías asumió como entrenador de River sin tener experiencia, y siguió sin importarle nada. Él tenía todo pero quería ayudar a River, y así fue. Dicho y hecho, él fue el que ascendió a River. Se bancó muchas críticas y siempre respondió con sinceridad y respetuosamente. Se puso al hombro a un equipo que no estaba atravesando su mejor momento. Superó las críticas y consiguió lo que estaba buscando, lo que en realidad, todos estábamos buscando. Dentro de esta apreciación, también considero la vuelta de Cavenaghi, Domínguez y Ponzio, y la llegada de Trezeguet. Jugadores que se jugaron todo en cada cancha, que realmente demostraron que llevan a la Banda en el corazón y que defendieron con uñas y dientes los colores a los que tanto aman y amamos. Ellos dejaron la vida en cada cancha, en cada partido dieron lo mejor de ellos, en cada fecha intentaron aportar su granito de arena para ayudar a River. Así fue, ellos ayudaron y también gracias a ellos, hoy River está en donde tiene que estar.
Por otra parte, la segunda cosa que sostuve y sigo sosteniendo es la actitud que tuvimos los verdaderos hinchas, esos que hicimos que aún River en la B, haya vendido más entradas que un equipo de la A, que haya llegado a duplicar ese número. Los hinchas hicimos grande a River en parte también. Fue y es hermoso ver todos los fines de semana las canchas llenas, ver la pasión y el amor, ver ese aliento infinito desde afuera del campo de juego. Alentamos 38 fechas, sin parar.
Finalmente, el 23 de Junio del 2012, 363 días después, a base de esfuerzo y constancia, conseguimos que River volviera al lugar del que nunca se debería haber ido. Más allá de que los equipos que nos acompañaban en la B, esos que estaban junto a nosotros en la tabla de posiciones, hayan perdido en las últimas fechas, no les podemos quitar mérito a Matías Almeyda y al plantel, principalmente a los que nombré antes. En el fútbol te toca ganar y te toca perder, es cuestión de juego. Todos sabíamos que ellos podían perder al igual que nosotros, entonces, no pueden decir que si no hubieran perdido, no hubieramos ascendido, porque perder estaba y está dentro de las reglas del juego. 
Ilusa, pensé que después de ese día íbamos a tener un poco de paz, pero no fue así. A unos días de conseguido nuestro objetivo, se conoció por boca de Matias que Cavenaghi y el Chori no iban a formar parte del plantel de River en primera. Fue una desición de la que Matías se hizo cargo absolutamente, aunque muchos creamos que esa desición no fue de él. Más allá de que haya sido o no de él, la forma de comunicarlo estuvo mal. 
En el 2012, Almeyda se ganó el odio y los insultos de muchos hinchas. En parte fue por hacerce responsable de la salida de los que habían dejado todo, y a los que hoy los hinchas extrañamos, y también por no haber encontrado al equipo en el tiempo que estuvo como entrenador. Otro ídolo se nos fue por la ventana, como tantos otros. Eso no va a cambiar hasta que no dejemos de tener presidentes que no estén a la altura de River. River es grande, y necesita presidentes y dirigentes que no sean mediocres. Estos que tenemos son inoperantes, inútiles, ladrones y por sobre todas las cosas, soberbios. 
En el 2012 también volvió Ramón. El técnico más ganador en la historia de River. El técnico en el cual hoy están toda la esperanza y la ilusión de los hinchas puesta. 
Gracias a todos ustedes, los que ayudaron a River en su momento más difícil, a esos que vinieron por el club y no por la plata, a esos que rescindieron contratos, no como otros a los que River les dio todo y no quieren volver, que se hacen los grandes jugadores de fútbol pero que sin River no hubieran sido nada. Gracias de verdad, porque sin ustedes, esto no hubiera sido posible.


Y gracias a los que siguen mi cuenta en twitter, @RRRiverp. Gracias por compartir toda esa pasión conmigo. Gracias porque en ustedes encuentro muchas veces las respuestas a estas cosas que pasan en la mundo River. No me puedo olvidar tampoco de agradecerles por haber difundido la carta para el Chori, esa que él me contestó. Ese día fui feliz de verdad, gracias a ustedes, porque sin ustedes no hubiera pasado, sin esta cuenta no hubiera sido posible.
Gracias a todos, de corazón.